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Es el único repostero gallego nominado en los Madrid Fusión, a celebrar del 28 al 30 de marzo

El ceense Diego Trillo Caamaño, de 33 años, acaba de ser nominado al premio Pastelero Revelación de los Madrid Fusión Alimentos de España, el congreso gastronómico más importante del mundo, que se celebrará del 28 al 30 del próximo mes de marzo en las instalaciones de Ifema. Es el único gallego de los seis candidatos y, también, quizás, el más modesto, ya que por una parte, es un joven profesional autodidacta y, de otro lado, lleva dedicándose a este sector poco más de un año. De hecho, abrió su negocio, Pandejuevo, en su localidad natal, en plena pandemia. Por todo esto, la noticia lo pilló este lunes a la noche por sorpresa, totalmente, según reconoció a La Voz: «É incrible, aínda estamos en shock posto que non fixemos candidatura algunha. Fomos elixidos por un xurado ó que se ve que lle sorprendeu o que facemos». Habla en plural, pues se refiere al trabajo que realiza junto a cuatro mujeres en el obrador que echó a andar en octubre del 2020.

«Estamos en shock»

Tiene hasta el 11 de marzo para presentar la propuesta que defenderá en la capital el día 28 de ese mismo mes. Por el momento, ya tiene claro que luchará por conquistar el título siendo fiel a las creaciones y al proceso de elaboración que caracteriza a su marca, esto es, dulces tradiciones con ingredientes naturales, de la zona y de alta calidad, como es la harina de maíz de Carballo, así como con una presentación singular. «Vai estar difícil, porque coñezo a algún dos contrincantes e son do melloriño, pero imos a por todas!», comentó emocionado.

Pandejuevo, denominación que hace un guiño a la repostería artesana y a la gheada característica de la Costa da Morte, se sitúa en pleno centro de Cee. Allí se puede ver en directo todo el proceso de creación de sus productos como símbolo de transparencia y adquirirlos. Las galletas, los postres, la bollería y el característico pan de huevo son su seña de identidad, presentados en tarros de cristal, en la medida de lo posible, para evitar el uso de plásticos. Otro detalle peculiar es que suele hacer porciones individuales de los grandes dulces para evitar que estos sobren en las comidas familiares.

La madre de Diego tuvo mucho que ver en su vocación. Desde pequeño le gustó la cocina y ella siempre lo animó y ayudó a introducirse en este mundo. De hecho, una tradición familiar como es la elaboración de galletas de Navidad para regalar entre amigos fue el germen del negocio que ahora ya está en proceso de expansión a una ciudad dado el éxito cosechado en tan poco tiempo. «Queremos chegar a toda esa xente que, cando imos a mercados puntuais, nolo pide», dice. En la comarca, vecinos de Fisterra, Dumbría, Muxía, Carnota y otros lugares se acercan al punto de venta ceense para hacerse con las cuidadas creaciones.

Hasta hace nada, Trillo Caamaño se dedicaba, precisamente en Madrid, a organizar eventos de empresas (congresos y temas publicitarios). «Decidín apostar por volver á casa cun proxecto propio e non me podo queixar porque todo este tempo foi sorpresa tras sorpresa, unha marabilla co feedback cos clientes. Para nada pensaba chegar ata aquí, estamos moi contentos todo o equipo», manifiesta.