lavozdegalicia.es

Las colas para hacerse con un buen roscón en la ciudad no están solo en Flory y Glaccé. Te presentamos veinte alternativas para disfrutar del dulce favorito de los españoles la mañana del 6 de enero

Ala Navidad le salen tradiciones profanas que a veces acaban desbancando a los rituales más ortodoxos. Hay consenso sobre que el comienzo extraoficial de estos festejos llega de la mano de los niños de San Ildefonso, algunos no conciben el último día del año sin correr la San Silvestre y, concretamente en A Coruña, para más de uno no hay víspera de Reyes sin hacer la cola para conseguir los dulces de Flory o de Glaccé. Lo que podría ser un tedio muchos lo ven casi como una atracción, y se ponen sus mejores galas para esperar por el bien más preciado de la panadería. Tanto han disfrutado algunos de esta experiencia que, como explicaron a La Voz desde una de estas confiterías, de estas filas han salido hasta matrimonios. Aunque a continuación desgranaremos cuál es la receta del éxito de estos dulces, por los que la gente hipoteca horas de su vida a la intemperie, la ciudad y su cinturón metropolitano cuentan con una amplia variedad de opciones dignos de mención, para todo tipo de perfiles y, no menos importante, para todo tipo de bolsillos. 

Glaccé (Menéndez Pelayo, 16)

MARCOS MÍGUEZ

Los roscones de la confitería Glaccé son conocidos por su sabor y carácter artesano y, por supuesto, por sus míticas colas, que se hacen más largas a medida que se acerca la víspera de Reyes. Así, desde este negocio cuentan a La Voz que un buen consejo para no hacer mucha fila es comprarlo unos días antes y congelarlo. El truco para que esté en perfectas condiciones es meterlo a refrigerar en el mismo envoltorio.  Sea de la forma que fuere, los que se hagan con un roscón de esta pastelería disfrutarán de una pieza con una gran textura, una deliciosa crema pastelera y solo unas pocas frutas escarchadas, en concreto, cerezas. 

Para los que no consigan uno de sus roscones, desde Glaccé señalan que los hacen  durante todo el año. Incluso los están preparando para bodas. 

Flory (Francisco Añón, 44)

Los florystas no cambian este roscón por nada del mundo. Esta confitería lleva en pie desde 1967, tiempo suficiente para haberse labrado un nombre propio en la ciudad con dulces como el brazo de gitano. Sin embargo, es al acercarse el día de Reyes cuando este establecimiento se convierte en un verdadero hervidero. Fiel a la versión más tradicional, algunos hasta se llevan una silla plegable el 5 de enero, conocedores de la cola que les espera para hacerse con el manjar. Y eso que no se trata de un bien exclusivo de estas fechas, pues se vende todo el año. Como era de esperar, en Flory explican que el ingrediente secreto que utilizan para bordar el roscón de reyes es el cariño y una buena materia prima, y debe ser que lo hacen con mucho amor a sabiendas de los que dispensan entre el 5 y el 6 de enero, pues ni saben calcular cuántos despachan. Lo del relleno no va con este roscón, aunque sí se corona con algo de nata y muy contadas frutas escarchadas.

 Habaziro (Luís Quintas Goyanes, 2)

ANGEL MANSO

La historia de Habaziro no es tan larga como la de Flory o la de Glaccé, pero ya se han ganado un nombre en la ciudad como una pastelería de referencia a nivel general y en el campo de los roscones. Y todo gracias a Pablo Morales, que practica una bollería comprometida con la calidad de los ingredientes y la artesanía. 

Su propuesta para esta época del año está compuesta por un roscón más innovador, elaborado con gianduia, una pasta de chocolate que contiene un alto porcentaje en avellana. Y otro tradicional, pero con ingredientes como limón gallego y agua de azahar que viene de Sevilla. Además, ofrece tres tipos de relleno: crema, nata y trufa. No obstante, Pablo cuenta a La Voz que el favorito de sus clientes es el clásico sin relleno. La previsión es hacer unos 1.500 roscones. 

Berna (Marcial del Adalid, 19)

La plaza de Vigo es la zona cero de los roscones en la ciudad herculina. En un extremo están las colas de Glaccé y, en el otro, los asiduos de Berna. Para algunos, la tarta milhojas y la de fresas con nata son incomparables, pero también están los que creen que su roscón no se queda atrás. Abierta desde 1957, los hay con y sin relleno de nata, y se coronan con guindas y azúcar glass.

La Dulcería (Ronda de Nelle, 110)

Algunos definen su roscón de Reyes con crema como «exquisito» y, de hecho, es una de las especialidades de este local junto a la bica y la torta de maíz. Se pueden encargar a partir del día 4 de enero, y también tienen la opción más sencilla, sin relleno, o con él.

La Tahona  (plaza de Lugo, 1, y varias ubicaciones)

Daniel Sánchez, cofundador de la cadena de panaderías La Tahona, cuenta que su propuesta de roscones destaca por su masa tipo brioche, con importante peso de la mantequilla y la ralladura de naranja. Además, también tiene anís y agua de azahar. Como cobertura destaca la presencia de naranja como única fruta escarchada. La razón se debe a que a la gente le gusta cada vez menos. Y, también tienen una buena cantidad de almendra laminada.

Confitería París (calle de la Torre, 6)

Otro de los grandes puntos de peregrinación de los amantes de este dulce el día de Reyes, y de los más golosos todo el año, pues es un clásico entre los clásicos en la ciudad. En la confitería París son claros diciendo que parte de su éxito radica en la mezcla de aromas que incluyen en su receta. Toques cítricos de limón y naranja, gua de azahar, anís e incluso nuez moscada. A pesar de que llevan más de 30 años cumpliendo con nota el cometido de elaborar roscones, indican que no hay que bajar la guardia, por eso van corrigiendo ingredientes o incluyendo algunos elementos nuevos para mejorar lo que, a ojos de algunos, es inmejorable. 

La Canalla (Orzán, 22)

Esta tienda gourmet se ha afianzado, en parte, gracias a sus roscones de Reyes. El clásico, seña de identidad de la pastelera Adriana Cabot suele agotarse, y los que no se quieran quedar sin él deben saber que el último día para recogerlo es el día 5, pues el 6 la tienda no abre. Parte de su encanto llega de la mano de la decoración, que no deja de ser una parte fundamental (y sabrosa) del roscón de Reyes. Con naranja glaseada y bolitas de chocolate, este dulce sin relleno se está convirtiendo para muchos en una referencia en la ciudad. Este año, por cierto, lo preparan un poco más grande: de los 800 gramos del año pasado pasa a 950 gramos.

La Coruña (San Andrés, 130 y calle Real, 18)

Este es otro de los negocios de la ciudad que acumula filas de gente en su puerta. El motivo es su apuesta por la artesanía, por los ingredientes de calidad y por la tradición. Así, sus roscones no escatiman en fruta escarchada, con presencia de higos, naranja o pera; y no llevan almendra. También los ofrecen por encargo con relleno, ya sea nata, crema o trufa. Durante esta temporada tienen programado hacer hasta 2.000 roscones.

Farinarium 

 Su primera tienda abrió en el 2006 y, desde entonces, son imparables gracias a su «pan honesto». El roscón cada vez tiene más adeptos, y este año no falta a su cita. Ya está disponible en los locales: lleva naranja confitada y almendra y puede estar relleno de nata, crema y chocolate. Insisten en que aunque pueda parecer un detalle sin importancia, el hecho de que la materia prima sea de excelente calidad va a marcar la diferencia, y ellos aseguran que la tienen. Lo hay en dos tamaños, de medio kilo y de un kilo.

Amasarte (Av. de Oza, 110; Finisterre, 183)

Su obrador a la vista del público no deja lugar a dudas de que no tienen absolutamente nada que ocultar. Bastó darse un paseo la mañana del 2 de enero por el local de la Avenida de Oza para comprobar la euforia de causan sus roscones. En menos de diez minutos tres personas preguntaron por la disponibilidad del dulce. Salimos de dudas: ya hay algunos ejemplares a la venta, pero vuelan. A partir del 4 de enero habrá más cantidad, aunque desde la tienda recomiendan encargarlo. También hay dos tamaños y su estrella es sin relleno.

Confitería Asunción (Sagrada Familia, 41)

Los vecinos de la Sagrada Familia saben a dónde acudir para hacerse con su roscón de Reyes: Confitería Asunción. Tienen tres tamaños diferentes, de medio kilo, de un kilo y de kilo y medio, y también ofrecen alternativas con relleno de crema y de nata, aunque aseguran que el que más se vende es el clásico.

O Petit (Plaza de Pontevedra, 6)

Esta pequeña pastelería de la plaza Pontevedra ya está preparada para recibir todo el aluvión de clientes interesados en comprar un roscón artesano, que destaca por sus ingredientes tradicionales, como son la ralladura de naranja, de limón y el anís. Y por llevar mucha almendra laminada como cobertura, pues este obrador también está dejando a un lado la fruta escarchada porque a la gente ya no le gustan. «Solo la ponemos por encargo», dicen desde Petit. Respecto a los rellenos, tienen trufa, crema y nata. Además, recomiendan hacer pedidos, aunque van a tener surtido para la venta libre todos los días. 

Suevia (Av. de Oza, 129)

La mayoría de fines de semana hay gente haciendo cola en la calle para conseguir unos pasteles o su codiciada larpeira. Además de por el sabor de sus productos, muchos coinciden en que tienen una relación calidad-precio que se encuentra en pocas pastelerías de la ciudad. Sus roscones pueden encargarse todo el año por encargo; el sencillo, con nata, crema o chocolate, y en tienda los tendrán disponibles a partir del 4 de enero.

Pastelería Hércules (calle de la Torre, 58)

Aunque lleva en activo desde el año 1956, el roscón de la pastelería Hércules ha ido ganando enteros con los años, siendo estos últimos los de su mayor éxito. Las colas la mañana del 6 de enero superaban la hora, lo que da cuenta de que el boca a boca hace milagros. Además de este triunfo invernal, han comenzado a cosechar éxitos en primavera y verano con sus helados artesanales.

Panadería Lorbé (Lorbé; rúa Golfiño, 111)

Sus empanadas son una delicia, pero quienes han probado los roscones comentan que también están a la altura. Fundada un 7 de enero de 1947, dos días después de que los fundadores contrajesen matrimonio, todo hacía sospechar que este dulce sería uno de sus productos más demandados, tanto que hay gente que se ha hecho hasta 70 kilómetros para conseguir una de estas piezas. 

Santa Cruz 1951

El clásico se elabora con mantequilla, manteca de vaca gallega, anís y larga fermentación, y se encuentra también en su versión con relleno de nata, chocolate y con crema. Tienen tres versiones: una grande que da para entre 6 y 8 raciones,  una pequeña que es perfecta para una familia con dos niños y una extra grande para unas doce personas. En esta tienda los productos de navidad no fallan y se encuentran opciones tan sorprendentes como el turrón de mojito.

Carnoedo

Esta pastelería apuesta por la receta tradicional y la artesanía. Así, su roscón de Reyes tiene fruta escarchada sin complejos. Van a estar abiertos el día 6 de enero y venden tanto por encargo como por reserva. Tienen dos tamaños, de medio y un kilo. También los sirven rellenos, de nata o crema, pero hay que pedirlos con antelación.

Pura Pastelería (San Andrés, 90)

Esta pastelería abrió hace un año por estas mismas fechas. Así, esta es la segunda temporada de roscones que ofrecen a los coruñeses. Su propuesta tiene crema pastelera por encima y sin fruta escarchada. Se puede rellenar por encargo de nata, trufa o crema. Y solo vende un tamaño, el de 700 gramos, pero también porciones individuales.

A Maquía 

«Bollo tierno elaborado artesanalmente bajo la receta tradicional, aromatizado con ralladura de naranja, ralladura de limón y agua de azahar pura de Sevilla», así es el roscón de A Maquía, uno de los favoritos de los vecinos de Oleiros. Se decora con azúcar anisado, cerezas rojas y naranja confitada. Está disponible a partir del 3 de enero y hay un abanico de rellenos a elegir: crema pastelera, mousse de chocolate, crema y nata, nata montada y nata y fresas.

«Bonus track»: el roscón de Pandejuevo se estrena esta semana

Pandejuevo, en San Andrés, 44 se la juega este año con su roscón. Este local lleva menos de un mes abierto, pero cuenta con el beneplácito de parte de los herculinos gracias a sus famosísimas galletas, que han estado presentes en varios pop ups y en los mercadillos que organiza la sede central de Inditex. Diego Trillo, su propietario, ha sido nominado además al premio Pastelero Revelación en la última edición de Madrid Fusión, otro sello de garantía.